lunes, 27 de junio de 2011





• Tanto lo quería, que tardé en aprender a olvidarlo, diecinueve días y quinientas noches. Dijo hola y adiós, y el portazo sonó como un signo de interrogación . Sospecho que así se vengaba, a través del olvido, cupido de mi .

No hay comentarios:

Publicar un comentario